Está bien vivir una vida que otros no entienden. Sé fiel a ti mismo.
Foto: Adrián Fernández González
Como con todo en la vida, cuando entrenas siempre habrá alguien con una opinión: entrenas demasiado o no entrenas lo suficiente. Lo mismo cuando te pones el dorsal. Y lo curioso es que lo hacen sin molestarse ni siquiera en saber que batallas internas libras o que buscas realmente. Pero aún así sienten que pueden decirte si vas bien o mal. Y eso, si no estás fuerte, te puede llevar a un laberinto.
Entrena para ti. Quien quiera opinar, que opine. Quien quiera entender, que pregunte. Porque tu camino no necesita aprobación para ser válido. Necesita coherencia contigo mismo.
Sigo escribiendo cosas por aquí que seguramente no le importen a nadie ni le interesen a ningún algoritmo, pero que a mí me sienta bien expresar y dejar plasmadas en estas líneas. Las redes sociales no dejan de ser herramientas comerciales en las que la inmediatez es la tónica general. Y yo que, como ya expresé en otras ocasiones, me niego a compartir mi forma de vida a través de un palo selfie, unas veces por aquí y otras en mis redes sociales, comparto pensamientos y experiencias reales (las buenas y las que no lo son tanto) que van mucho más allá de la saturación de contenido "científico" que, con fines económicos y sin ningún tipo de escrúpulo ni filtro, nos venden todos los aspirantes a influencers que opositan en el mundo digital.
No cambio integridad por likes ni coherencia por dinero ni subvenciones.
Aunque seguramente no le importe a nadie ni le interese a ningún algoritmo, seguiré manteniendo con vida este blog. Cuando escribo me conozco mejor a mí mismo porque es una manera de reflexionar "en público" y esto me ayuda, más en los días que me siento con la energía como estuve yo el día de año nuevo tras apretarme una copa de sol y sombra después de las uvas...
Porque lo humano se cultiva, no lo enseña un algoritmo.
"Atleta" significa en griego "luchador".
Descartes decía que era necesario detenerse al menos una vez en la vida para cuestionarlo todo y dudar. Una situación curiosa se da siempre al cuestionar nuestros actos, pararnos a pensar o responder a la eterna e incómoda pregunta de "¿Por qué corres?". Se trata en el fondo de una pregunta muy democrática que atañe a los corredores populares que somos capaces de demostrar disciplina, entusiasmo, compromiso y capacidad de resistencia a lo largo de los años, incluso cuando el inevitable paso del tiempo hace que el viento ya no sople a favor y aparezcan las limitaciones físicas. En mi mejor estado de forma, en el año en el que he conseguido mis mejores resultados como corredor, un juanete que desde hace un tiempo se ha instalado en mi pie izquierdo me empieza a complicar bastante la tarea. Operarlo no entra en mis planes a corto/medio plazo porque conozco varios casos a los que les resultó peor el remedio que la enfermedad.
Yo empecé a correr para evadirme de una realidad que se me hacía demasiado invivible. Para alejarme de las continuas depresiones que me complicaban la existencia a menudo, cuando ser feliz era lo único que debería de ser prioridad para un chaval que tenía toda la vida por delante. Y sin querer me encontré con la fortuna de unas condiciones físicas que venían de fábrica y yo no lo sabía.
Es difícil tener que empezar a valorar la posibilidad de cambiar el chip cuando me siento con ganas y fuerzas para seguir picando piedra a diario, convencido de que a mi corazón le quedan muchos latidos por bombear a 180ppm con las JOMA puestas. Y, como nunca me olvido de donde vengo, también sé que ni un regimiento de "juanetes" me van a quitar la ilusión por seguir siendo atleta, por seguir siendo maratoniano y alargar mi vida deportiva, aunque haya que empezar a dosificar la dosis o cambiar la forma de administrarla.
De momento, dentro de diez días estaremos en la salida de la Maratón de Logroño y seis días después, un año más, haciendo labores de liebre en la Media Maratón de Gijón. En Oporto, el 2 de noviembre, intentaremos sumar mi maratón oficial número 74.
Después... Después ya veremos.
Para la pregunta de "¿Por qué corro?" tengo varias respuestas, las más cercanas con su origen en Ribadesella hace unos días.
Corro para, a sabiendas de tener la capacidad en estos momentos de moverme en torno a los 33min en los 10K, "sacrificar" mi ego para ayudar a un amigo a conseguir su MMP en la distancia. Lo hago para inspirar a otro amigo que, tras un largo y duro proceso de desintoxicación de su adicción al alcoholismo, el sábado se colgaba su primer dorsal en el pecho, encontrando en el deporte ese rincón seguro que todos nos merecemos. Corro para ayudar a otros a que también encuentren razones para hacerlo... y para que mi madre, mi hija, mi nieta, mi pareja, mi hermano y aquellos que me quieren de verdad estén orgullosos de mí, aunque a veces no entiendan esta necesidad.
Larga vida al rey 👑
Todo llega y todo pasa como un espejismo, como dice una de las letras de Fito & Fitipaldis.
Todo pasa y fluye a la velocidad de un reel de las redes sociales. Consumir. Comprar. En definitiva, usar y tirar a una velocidad de vértigo.
El mundo del deporte está plagado de ejemplos de ídolos con trayectorias ejemplares que, de la noche a la mañana, son objeto de comentarios despreciativos por uno u otro motivo. Una de las razones frecuentes por las que se critica a las leyendas del deporte es por el momento en el que deben retirarse. Por algún extraño motivo que no alcanzo a comprender hay personas -muchas, por desgracia- que se creen con derecho a decidir sobre el futuro de los ídolos deportivos, transmitiendo un patético mensaje a los más jóvenes: si no ganas, no sirves.
Arriba hablaba de que, entre otros motivos, corro para inspirar a mi círculo más cercano. Una de las personas que más me inspira a mí (y a gran parte del mundo 🌍), el mejor maratoniano de todos los tiempos, Eliud Kipchoge, está siendo objeto de todo tipo de comentarios tras su reciente participación en la Maratón de Sídney, donde se clasificó en novena posición con un tiempo de 2:08:31. Las redes sociales se han inundado de comentarios recomendándole que se retire o acusándole de querer incrementar su patrimonio ahora que no es el mejor. En primer lugar, me pregunto si todas esas personas que censuran a Kipchoge renunciarían a cientos de miles de dolares por ejercer su profesión con dignidad y sin hacer daño a nadie. Por otra parte, un hombre que ha aportado tanto al mundo del atletismo, y no solo con sus récords del mundo o medallas, sino por el legado de sus valores, ¿no se merece seguir compitiendo todo el tiempo que desee?
Quizás haya que recordar que el récord de España de los 42 kilómetros y 195metros es 2:05:48 y que este año Kipchoge, con 40 años, ha corrido el maratón en 2:05:25, mejor que el campeón olímpico Joshua Cheptegei (28 años) y a unos pocos segundos del registro de otro poseedor del oro olímpico como Selemon Barega (25 años). Además, el bueno de Eliud ha competido en dos Majors y en ambos ha finalizado en el top ten: sexto en Londres y noveno en Sídney.
¿Alguno de los que le critica por "arrastrarse" es capaz de volar de esa manera? Ya os lo digo yo: NO. Somos más papistas que el papa.
Arriba también comentaba que estoy convencido de que a mi corazón le quedan muchos latidos por bombear con las JOMA puestas...
El mejor árbitro en un partido de fútbol es el que pasa desapercibido.
Con las zapatillas ocurre lo mismo. Para mí las mejores son aquellas que te pones y no piensas en tener que quitártelas al paso de los kilómetros. Que pasen desapercibidas.
Esto es lo mejor que se puede decir de unas zapatillas y así defino yo las R-4000 👟👟
Si mis cuentas no me fallan, ya es el décimo par de este modelo al que le reviento el alma en los dos últimos años.
Lo que quizás no pase desapercibido (a mí me mola) es el color de la nueva temporada, más si se trata de una talla 45 como es mi caso... 😅
Como siempre digo, los amigos de Portillo de Toledo llevan tiempo currando mucho y bien. No dejéis de darles una oportunidad 😉
Desde que a finales del año 2019 firmara mi primer contrato con JOMA he recorrido más de 30.000 kilómetros alternando los diferentes modelos de la marca afincada en Portillo de Toledo. Más de 30.000 kilómetros que me han servido para sacar unos cuantos máster en experiencia y conocimientos que me ha otorgado el rector de la "Universidad de la Vida", que al final es la que te curte y te prepara para salir a la calle a ganarte honradamente el cocido (también tengo mi titulación y varios cursos finalizados con sus respectivos diplomas, pero esto hoy aquí no es importante).
Como embajador que conoce la marca a la perfección, quienes queráis saber las diferencias que existen entre los modelos o el uso que se recomienda para cada uno de ellos, desde aquí ofrezco mi asesoramiento. También un pequeño descuento si decidís darle una oportunidad a una marca que nada tiene que envidiar a las "grandes" potencias de un sector que cada vez ofrece más alternativas.
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