Espero haber sido un buen narrador de todo lo que hay detrás de una organización compleja como han sido los 10K de Laviana 2025. También espero haber conseguido transmitir todo lo bueno pero también todo aquello que normalmente se barre debajo de la alfombra y que a veces es necesario sacar.
Ayer rematamos una tarea que, aún intentando estabilizar las pulsaciones de un corazón que lleva una temporada latiendo en zona roja, creo que compensa todo lo no dormido en los últimos días.
Gracias a quienes pensasteis que venir a correr a Laviana era un buen plan para el domingo. Esperamos que os hayáis marchado con ganas de volver porque ese era nuestro único fin.
Gracias a quienes, una vez más, habéis hecho de red para un malabarista que, tan iluso como ilusionado, en ocasiones camina sobre una cuerda floja. Porque cuando se organizan cosas así, en el mejor de los casos, sé que empataré a cero. De eso se trata la vida, de tener la capacidad y la voluntad de hacerlo sin esperar ningún rédito a cambio. Trabajar por amor al arte, pero también al deporte y al lugar donde me crié y viví durante la mayor parte de mi vida. También por amor propio, porque ya son más de veinticinco años los que llevo organizando pruebas y me duele ver que todo se vaya muriendo, que apenas tengamos carreras de asfalto en Asturias, sin hacer nada por evitarlo...
El nuevo recorrido, que con salida en el bonito pueblo de Llorío y claro perfil descendente, se presumía rápido y así lo ha demostrado el cronómetro.



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