26 de noviembre de 2025

SAN SEBASTIÁN, LA 75

"El camino marca una dirección y una dirección es mucho más que un resultado" 👣


El domingo completaba en la Zurich Maratón San Sebastián (2:36:51) mi 75º asalto oficial a los 42km y 195metros. Y lo hice tres semanas después de cruzar la meta de la Maratona do Porto (2:40:14), tras veintiún días sin dejar de sumar trabajo con las JOMA puestas 👟👟, acumulando más de 320 kilómetros de carrera compartidos con cinco sesiones de elíptica para darle una tregua a mi maltrecho pie izquierdo. 


Mi "tapering" se cerraba con 100km en los seis días previos, a los que les pusimos la guinda a orillas de la Playa de la Concha dejando el contador de esta tercera semana de noviembre en 142km 🍒
Es importante que cada persona encuentre la metodología que le funcione. Yo tengo la mía.


Es jodido vivir a la carrera y tener la sensación de que no llegas en tiempo y forma a ningún sitio.
Hace unos días volví a terapia para que un profesional me ayude a canalizar algunos aspectos de mi vida que no consigo por mí mismo. Dos horas y media de sesión en la que fuimos tocando episodios desde mi infancia hasta los casi 46 años que acumulo en la mochila, haciendo especial hincapié en aquellos en los que Ana Estremador veía oportuno detenerse.
Quizás debido a mi autoexigencia, que todo el mundo confíe mas en mí que yo mismo es algo que ya sabía. Vivir con la necesidad de tener un objetivo a corto plazo (normalmente deportivo), también.
Mi adolescencia estuvo marcada por continuas depresiones que me atormentaron una etapa de mi vida en la que lo único que tenía que hacer era ser feliz y desarrollarme como persona. La experiencia, conocerme a mí mismo, es una herramienta que utilizo a diario para vivir alejado de una pastilla que regule mi estado emocional. El deporte hace el resto y equilibra mi balanza. Y las maratones me han ido enseñando valiosas lecciones que me ayudan a ser más fuerte en el presente.


Volviendo al domingo, viajaba a San Sebastián con la sombra de la duda acechando sobre mí. Podemos decir que un problema de pies me trae de cabeza desde hace ya unos cuantos meses y tomo las salidas pensando en el momento en el que tendré que correr en modo de supervivencia, con la esperanza de que este llegue lo más tarde posible. Una sobrecarga en la cabeza del segundo metatarsiano por disfunción del primero a causa de un juanete con el que convivo desde hace ya unos años es la causa.

Intentando buscar soluciones he ido probando cosas. Y yo, que soy un enamorado de las Joma R-4000 para el día a día y de las R-5000 para los domingos de dorsal, le había dado calabazas a estas últimas en las maratones de Logroño y Oporto con las R-1000, interpretando que su horma un poco más ancha y su placa de carbono más liviana me ayudarían a correr con el pie más relajado. Pero nada más lejos de la realidad yo mismo me pegué un tiro en el pie (nunca mejor dicho) y por razones que aún no me he parado a analizar conseguí el efecto contrario al deseado. En San Sebastián volví a lo que siempre me fue bien, siendo las R-5000 (edición Maratona do Porto) mi elección para el último baile del año. 


A las 9:00 horas de una buena mañana para correr (sin lluvia y unos 13/14º de temperatura) se daba la salida de una prueba que afrontaba con la táctica de siempre: moverme en ritmos en torno a los 3:40/km para hacer el paso por la media maratón en 1h18min, con el objetivo de ir abriendo gas en la segunda parte de la maratón. Muy cómodo y con las pulsaciones tocando levemente mi Z3, llego al ecuador de la prueba 45 segundos más lento de lo previsto pero -por suerte- con sensaciones muy distintas a las que había experimentado en las últimas maratones, aunque cierto es que a partir del kilómetro 25 mi isquio izquierdo empezaba a protestar. Resulta bastante complicado completar los 42km y 195metros (y hacerlo a los ritmos que ahora valgo) sin poder pisar con naturalidad, ya que mi pie, que lucha por sobrevivir al ritmo de vida de un maratoniano machaca, se protege en cada zancada haciendo que mi pierna izquierda se vaya sobrecargando a medida que los kilómetros se van acumulando. Pero con eso ya contábamos.

Con Rubén y Fernando, que habían dejado a un lado su fin de semana para estar conmigo, pendientes de mí en todo momento y sabiendo que me esperaban en la meta para arroparme independientemente del resultado final, afronto la última parte de mi maratón oficial número 75 muy entero, ganándole casi un minuto al cronómetro en los segundos 21.097 metros, y volviendo a encontrarme con el atleta que he ido moldeando a lo largo de los años. Aunque solo sea por las ganas que le echo y la ilusión que le pongo, creo que me merecía terminar el año con este buen sabor de boca que me traigo de Donostia 😋


Ahora toca poner mi pie en las manos de la Clínica de Podología Nuevo Langreo para comenzar una ilusionante temporada 2026 con las mínimas goteras posibles en un tejado que ya lleva muchos temporales soportados ⛈


Convencido de que quien no se despierta con un propósito que le ilusione podrá salir de casa pero no irá hacia ningún sitio, yo tengo el mío de alcanzar la cifra de las 100 maratones oficiales. 
En este camino que comenzaba hace ya más de quince años, cuando completaba mi primera maratón sin imaginarme que sería el principio de lo que hoy es un modo de vida para mí, me voy encontrando con apoyos que van mucho más allá de una importante inyección económica, sino que son un chute de ilusión de incalculable valor porque me hacen ver que ya no me sienta invisible para una parte del mundo en el que corro 🌍
Consciente de que cada vez me quedan menos balas en la recámara, cada carrera es un reto, un aprendizaje y una celebración. Saber que cuento con amigos y empresas que creen en mí y en mi esfuerzo diario, es algo que valoro muchísimo y hace que todo tenga un significado mucho más especial. Su confianza me impulsa, me motiva y me recuerda que los sueños se construyen paso a paso, zancada a zancada, kilómetro a kilómetro... pero nunca en soledad.

Muy agradecido por hacer que mi camino sea mucho más fácil de transitar, aquí dejo constancia de quienes a día de hoy me acompañan en el mismo:
  • Joma
  • Keepgoing
  • Sidrería El Requexu
  • Marisquería La Chalana (Siero)
  • La Suiza
  • Asturpersa Volkswagen
  • Asturcopia
  • Fronting Correduría de Seguros
  • Cafetería Aniciu
  • Sidrería San Mamés
  • EMP Asturservicios 
  • Caja Rural de Asturias
  • Masajes El Bienestar a Domicilio
  • Ciclos Fran

Repartidos en 70 nacionalidades distintas, 11.500 corredores y corredoras nos dimos cita el domingo en la 46 edición de la segunda maratón más longeva de España, tras la de Madrid. 7.000 para afrontar los 42K y 4.500 para los 10K. Y entre la multitud, con mi camiseta keniata a modo de homenaje al rey Kipchoge 👑, allí estaba yo, nervioso y con la misma ilusión de la primera vez.

Con esto acabamos la botella y le ponemos la guinda a una temporada que recordaré para siempre por toda la resaca de cosas buenas y bonitas que me ha ido dejando tras cada sorbo que me he ido bebiendo.


Asesorando, guiando y acompañando a otros en busca de su mejor versión, sigo trabajando también en busca de la mía. Esa es mi vida.


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