24 de marzo de 2025

COMO EL LEÓN, VOLVEMOS A RUGIR

Lo esencial de una carrera es como te preparas y como la planificas, el camino a ella es lo realmente importante. Cuando el viaje es bueno, el resultado solo puede ser fantástico. Y no hay casualidades. Si un compañero se alegra por tu éxito, te abraza, grita, te da un beso es porque tú has dejado huella anteriormente.


Ayer volvimos a León, mismo escenario donde hace dos semanas me colgaba el último dorsal para ponerle la guinda a un impecable bloque de entrenamiento antes de tomar la salida en la Maratón de Badajoz, sin saber que sería el preludio de una pequeña lesión que me impediría sumar mi 71 asalto oficial a los 42km y 195metros. Desde entonces hice todo lo que estuvo de mi mano para recuperar una pequeña microrotura de fibras. En el deporte, como en la vida, no sirve de nada quedarse de brazos cruzados ante lo nuevo, ante lo desconocido; hay que seguir hacia adelante con la frente en alto y con la mirada puesta en el próximo objetivo, porque sabemos que de nada sirve sentarse a esperar.
Así, después de quince días picando piedra sin escatimar ni un metro, cerramos otra semana en la que el volumen volvió a ser el habitual, aunque los ritmos de carrera mucho más tranquilos para seguir atendiendo a los avisos que el cuerpo nos manda. Quince días que se pueden resumir así:

Semana del 10 al 16 de marzo:
  • Elíptica: 11h13min
  • Bkool: 1h19min (50 km)
  • Carrera: 1h15min (16,10 km)

Semana del 17 al 23 de marzo:
  • Bkool: 3h58min (144,30 km)
  • Carrera: 7h52min (113,48 km)

Media Maratón de León: darle importancia a lo importante.
Poder volver a ponerme un dorsal, algo que mi cabeza hace dos semanas había descartado por completo, ya era un motivo de alegría mucho más reconfortante que cualquier marca que pudiera conseguir o cualquier podio al que pudiera subir.
El ser humano es egoísta por naturaleza. Todos lo somos de una manera u otra. Vivimos preocupados por cosas absurdas y nos sumimos en una realidad que no siempre da la importancia que se merece a lo que de verdad es importante.


Vamos a empezar por el final... Después de completar los 21,097 km de la Media Maratón de León nos reunimos en El Húmedo un buen grupo de amig@s y compañeros del Club 195metros-AltoNalón para compartir la post-carrera en torno a unas pizzas y unas cervezas. A mí, que no soy de casa grande, no se me ocurre un plan mejor.
Entre ellos estaba Jonatan, un gran tipo al que tengo el gusto de entrenar y que desde hace un tiempo convive con la retinosis pigmentaria, enfermedad que le hace ver el prisma de las cosas con una limitación que el resto de los que estábamos en la mesa no tenemos. Y entre broma y broma Jonatan "se puso serio" para hacernos ver que su problema no va a ir a menos, ya que es una enfermedad degenerativa y sin cura, al menos a día de hoy. Y volvieron las bromas para abrirnos los ojos de una manera informal sobre la verdadera importancia de lo que realmente es importante. ¡Qué lujo de persona!


Unas horas antes yo estaba en la salida de la carrera con la incertidumbre de si podría correr con normalidad o el isquio, que llevaba unos días entre algodones, aún me daría guerra. No quería volver a experimentar esa amarga sensación de tener que echarme a un lado y con ese "problemón" instalado en mi cabeza afrontaba la mitad de la distancia que realmente me gusta, con el único objetivo de poder correr sin ningún inconveniente. Y es que no sabemos lo que tenemos cuando no tenemos nada...
Tras romper en los 10 km Virgen del Camino, hace quince días estaba cojo. Ayer, dos semanas después, cruzaba una nueva meta, quizás lejos del tiempo que creo que valgo y dos minutos más lento que hace mes y medio en La Coruña, pero más cerca de lo que pensaba minutos antes de darse la salida. Y está bien escribirlo para recordarlo porque pasamos del "pagaría por correr" al "firmo un ritmo medio de 3:30/km" para terminar con un "podría haber corrido más rápido" en cerocoma. Así somos de injustos e inconformistas.
Menos mal que tenemos a gente como Jonatan cerca para que sin que la veamos venir, nos dé una bofetada de realidad cuando la balanza de la vida estime que la necesitamos.


Deberíamos aprender a dar a cada cosa la importancia que merece hoy. A diferenciar que hay obstáculos que la vida te pone y hay que superarlos pero otros muchos nos los buscamos e imponemos nosotros mismos. Deberíamos aprender a relativizar. Que el universo no somos nosotros, que puede que hasta haya vida en otros planetas. Así el mundo sería un lugar menos hostil y egoísta y todos seríamos un poco más realistas y felices.

Sirva como ejemplo una imagen que ayer nos dejó la final del 1.500 en el Campeonato del Mundo de pista cubierta (short track). El ganador, noruego, como no podía ser de otra manera. A Mariano García, que ya sabe lo que es subirse al primer cajón del podio en un mundial, le sale una carrera bastante discreta (con todo el respeto y lavándome la boca con lejía para hablar así de alguien como él).
En meta, ambos "haciendo la moto". Esa es la actitud y hablamos de gente que se juega el cocido.


Después de dos semanas emocionalmente "difíciles" vuelvo a estar en la pomada, con ganas. Y, después de muchos meses aparcada en un rincón del trastero, con la bicicleta montada en el rodillo para volver a pedalear, aunque sea sin moverme del sitio, en busca de nuevas metas. Objetivos que cuando pienso en ellos los pezones se me ponen duros como nueces.
Seguimos picando piedra con la vista puesta en el sur con el KOA Distance en el centro de la diana... pero sin perder el norte.


Somos infinitamente pequeños en comparación con todo lo que nos rodea. Si lo hacemos con la Catedral de León (donde está ubicado el kilómetro 11 de la media maratón), puede que en tamaño seamos tan insignificantes como una moto de polvo. Pero esa gran máquina que se protege tras las paredes de nuestro cráneo nos hace imaginar, desarrollar y crear cosas que ni siquiera existen. Y es con esta actitud con la que debemos ir de frente ante cualquier nuevo propósito.
Pero si somos tan pequeños, tan vulnerables... ¿Cómo podemos contrarrestar eso? Muy simple: hay personas que pensamos en grande.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.