Lo escribo en este blog para liberarme, para convencerme o para que se cumpla. Lo escribo porque sé que a algunos os gusta leerme y así dejo constancia de mis aventuras que, a buen seguro, con el tiempo serán recuerdos muy bonitos para mí también.
Hacía muchos años que no afrontaba una maratón con tanta incertidumbre...
Cuestión de pies y cabeza.
Tras un verano picando piedra sin escatimar ni un metro, viajaba a Logroño para intentar sumar mi maratón oficial número 73. Y lo hacía en circunstancias especiales, a pelo, pensando en el momento en el que tendría que levantar el pie, rezando para que llegara lo más tarde posible, porque apenas había podido hacer tiradas largas más allá de la Media Maratón "Bajo Pas" en la que participé el pasado 13 de septiembre. El resto había sido acumular kilómetros en mañana y tarde, sacando adelante semanas de 100/120 kilómetros pero sin poder seguir "mi plan" como hubiera querido. Por ello, en mi cabeza todo eran incógnitas.
Una sobrecarga en la cabeza del segundo metatarsiano por disfunción del primero a causa de un juanete con el que convivo desde hace ya unos años, era la causa por la que mis esperanzas de poder sacar un resultado acorde a lo que me lo había currado se vieran comprometidas. Resulta bastante complicado (y hacerlo a los ritmos que ahora valgo) completar los 42 kilómetros y 195metros sin poder pisar con naturalidad, ya que mi pie, que lucha por sobrevivir al ritmo de vida de un maratoniano machaca, se protege en cada zancada haciendo que mi pierna izquierda se vaya sobrecargando a medida que los kilómetros se van acumulando. Recuerdo que cuando crucé la meta de la Maratón de Zaragoza estaba totalmente K.O. y la cojera me duró un par de días... Gajes del oficio y que todo lo malo sea esto.
Puerta grande o enfermería.
A las 9:00h del domingo se daba la salida a una prueba en la que partíamos con la ventaja de hacerlo sabiendo que en meta nos juntaríamos un grupo de amigos y amigas que, independientemente del resultado final, estaríamos orgullosos los unos de los otros.
Puerta grande o enfermería era el plan, como había comentado los días previos en mis redes sociales. Y fui por la puerta grande hasta el kilómetro 31, momento con el que tarde o temprano contaba, donde mi maltrecho pie izquierdo casi me lleva a la enfermería. A partir de ahí, 11 kilómetros y 195metros haciendo pactos con mi pierna que desde la planta del pie hasta la lumbar se sobrecarga por no pisar bien. Cuando uno compra un coche viejo y con miles de kilómetros ya asume que dará averías. Es lo que hay.
Hago el paso por la media maratón en 1h:18min con la intención de ir abriendo gas en la segunda parte del recorrido, corriendo de menos a más que es como me gusta y gestiono la distancia.
En el kilómetro 27 tenía a escasos 195metros al tercer clasificado y en ese momento mi cabeza, quizás queriendo enmascarar un desenlace cantado, me empezó a visualizar entrando en meta ocupando ese cajón en el podio. Ilusiones que se vieron desvanecidas poco después cuando comenzó el calvario y mis energías fueron destinadas a defender con honor mi dorsal en una distancia que se merece todos los respetos.
Si hay una frase que define a la maratón es esta: "quieres que acabe, pero no quieres que termine."
El domingo desde el kilómetro 35 solo pensaba en acabar. Ahora mientras escribo estas líneas solo pienso en ponerle remedio a mi dolencia porque no quiero que mi romance con la distancia se termine nunca.
De La Rioja me traigo, además, un gran fin de semana compartido con amigos y amigas que llenamos de alegría, camaradería y buen rollo el Paseo del Espolón.
¡Qué bonito es sentir el cariño de los tuyos en la cuneta y recibir uno a uno a quienes con gesto de satisfacción, tan cansados como emocionados, fueron cruzando la meta!
Orgulloso de todos y todas.
Orgulloso de Manuel, Berto, Carlos y Roberto por sumar una nueva muesca en el revólver de sus trayectorias, cada uno con sus circunstancias personales pero sin dejar de rebuscar motivos para no salirse de la senda buena.
¡Qué decir de los maratonianos del grupo! 👏
Raúl, que desde el disparo de salida contó con la gran compañía de un tío como es Kepa, sumaba un nuevo asalto a los 42 km y 195metros. Y yo que tengo el placer de haberle guiado hasta la salida, digo con todo conocimiento de causa que su tiempo en meta se nos fue unos veinte minutos más de lo que vale. Quizá es una pequeña espina que se me queda clavada porque el domingo no se hizo justicia con él... Así de bonita y caprichosa es la maratón.
David, que debutaba en la distancia y lo hacía como solo los grandes saben, le ponía la guinda a una metamorfosis que empezamos hace cuatro meses, cuando tomando un café me propuso opositar para convertirse en el maratoniano que ya es.
Jonatan... ¡Qué puedo decir de un tío que convive con una retinosis pigmentaria desde hace años y aún así se empeña en demostrarnos día tras día que los límites solo existen en nuestras cabezas!
Me quito el sombrero, el pantalón y hasta los calzoncillos si hace falta ante él...
Asesorando, guiando y acompañando a otros en busca de su mejor versión, sigo trabajando también en busca de la mía 🐣🐓
Entre algodones, un año más y ya van catorce, el sábado estaremos "cogiendo un globo" en Gijón, agradecido a quienes hacen posible que podamos correr una de las medias maratones más bonitas del calendario. Y lo hago con la esperanza de que algún día se pueda doblar la apuesta para que Asturias tenga la maratón que se merece.
El próximo 2 de noviembre intentaremos sumar la 74 en la Maratón de Oporto antes de hacer una pequeña pausa y poner mi maltrecho pie izquierdo en manos de la Clínica de Podología Nuevo Langreo, para someterme a un tratamiento de ácido hialurónico inyectado directamente en la zona afectada. El siguiente paso sería intervenir quirúrgicamente y eso no entra dentro de mis planes a corto/medio plazo.
Seguimos peleando con los años y los daños. Son las reglas de un juego que aceptamos cuando elegimos este tipo de vida. Instinto.
Agradecido a La Nueva España por ponernos cara y darnos voz a la gente de a pie, tanto como por dejar constancia de nuestro paso por la Maratón de Logroño donde un grupo de amigos y amigas asturianos cambiamos la sidra por el rioja durante un gran fin de semana, comparto la noticia publicada en su edición digital pinchando en este enlace.
Con Noelia, que se recorrió medio Logroño para transmitirme toda esa energía que atesora, cierro esta publicación agradecido a mi compañera de vida por ayudarme a volar y esperarme en esa meta, tan especial como es ella para mí.
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