No es el tiempo que tienes, sino como lo usas cuando lo tienes.
Es cierto que mi modo de vida me permite organizarme para entrenar a horas que otros no pueden siendo esta una de las pocas ventajas que tiene ser autónomo. Tan cierto como que hubo un tiempo en el que alternaba dos trabajos. De 6:30 a 14:30 horas curraba en una estación de servicio en Avilés y de 19:00 a 23:00 horas en el almacén de un centro comercial en El Entrego. Doce horas diarias (que unidas a los desplazamientos se convertían en casi catorce) nunca fueron excusa para no sacar mis (al menos) 100 kilómetros de carrera semanales. Es más, fue en esa época donde más maratones completé.
Recuerdo varias peripecias para viajar a las distintas ciudades donde me fui colgando el dorsal, siempre acompañado de algún amigo que "engañaba" y que me hicieron mucho más fácil la tarea de coleccionar interminables viajes en economía de supervivencia para no fallar a mi cita con la distancia de los 42 kilómetros y 195metros, de los que podría contar multitud de anécdotas.
Mientras escribo estas líneas me viene a la cabeza mi paso por la Maratón de Barcelona a la que viajé en mi Fiat Punto de 70cv. Gastaba poco pero no andaba ni cuesta abajo, claro ejemplo de que no se puede tener todo en esta vida. Después de haber doblado toda la semana para que me dieran el sábado libre, tras diez horas de viaje llegaba a la ciudad condal con el tiempo justo para recoger el dorsal y tomar una cerveza antes de cenar. Había que acostarse pronto porque tras la carrera tenía otras diez horas de vuelta a casa que hicieron que llegara pasadas las 2:00h de la madrugada, teniendo que levantarme a las 5:00h para cumplir con mi turno en el curro. Fueron posiblemente las ocho horas más largas de mi vida...
Muchos días será difícil entrenar por las incomodidades, por eso es importante conseguir crear esa inercia diaria en la que hacer ejercicio se convierta en algo como comer y respirar. Porque hay días que no quieres levantarte, que te quieres quedar sentado en el sofá y, además, nadie te apunta con una pistola para salir a correr. Yo amo hacerlo, lo disfruto, lo necesito... pero no todos los días ni todas las sesiones. De ahí la importancia de no fallar los días en los que menos apetece entrenar, en los que hay una buena excusa para no hacerlo.
Estar tantos años entrenando requiere compromiso, y eso solo se consigue con pasión. No por modas, ni por resultados, porque así será imposible mantener un compromiso que perdure en el tiempo. Eso explica que haya ciclistas que se retiran y sigan saliendo todos los días con la bicicleta, o haya atletas que se retiran y sigan participando en carreras populares. Es el amor a eso que hacen.
Ahora tenemos muchas distracciones, pero todo se trata de llevar una vida simple, de darle prioridad a aquello que nos hace felices. Y hablando de felicidad, septiembre llega cargado de dorsales, como viene siendo la rutina de los últimos años.
El sábado que viene volveremos a Oruña de Piélagos para tomar la salida en la Media Maratón "Bajo Pas", una clásica del calendario cántabro que celebra su 38ª edición. Una semana después, también como viene siendo habitual desde que tengo uso de razón, estaremos en los 10k de Ribadesella donde intentaré ser una buena liebre para que mi amigo Pedro Velasco derribe la barrera de los 40min, tras haber hecho lo propio con la de 1h30min en la distancia de los 21,097 km el pasado mes de mayo en Cangas de Onís.
En Logroño, el 5 de octubre, intentaré sumar mi maratón oficial número 73 y en Oporto, el 2 de noviembre, la 74. Pero esa es otra historia de la que hablaremos largo y tendido en próximas entradas.
La Revista Fusión Asturias publicaba el pasado 2 de septiembre este bonito reportaje, que resume en 72 maratones oficiales completadas mis últimos catorce años de vida.
Por si os apetece echarle un vistacín y conocerme un poco más, la comparto pinchando en este enlace.
Hace unos días despedíamos el mes de agosto, 30 días más en busca de mi mejor versión mientras sigo intentando asesorar, guiar y acompañar a otros a encontrar la suya. Esa es mi vida.
Encima de unas JOMA sigo manteniendo la constancia habitual. Agosto, mes en el que nos volvimos a subir a la bicicleta y todos los kilómetros de carrera fueron en cinta, se resume así:
- Cinta: 381,60 km
- Bkool: 339,00 km
- Bici: 335,62 km
🍀02841🍀
Con el objetivo de seguir sumando maratones, así como llevar a cabo alguna iniciativa que mejore un poco el día a día de algunas personas y colectivos que forman parte del nuestro, como todos los años, ya tengo mi Lotería de Navidad. Y, como todos los años, ni ofrezco ni comprometo a nadie. Quien la quiera que me la pida y muy agradecido la guardo o se la hago llegar.
También podéis adquirirla en:
- Mesón La Mina (Laviana)
- Xeitu Seguros (Laviana)
- Cafetería El Texu (Laviana)
- Ceylam (Laviana)
- Cafetería Aniciu (El Entrego)
- Sidrería El Requexu (Gijón)
Hago lo justo para costearme cuatro dorsales y poco más.
Porque un mundo que corre es un mundo feliz. Y un mundo feliz es un mundo en paz 🌍
Hoy, 8 de septiembre, no podría cerrar esta entrada sin desearos un feliz Día de Asturias a todos y todas los que habéis llegado leyendo hasta aquí. ¡PUXA!
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